La filia holandesa de la World Wildlife Fund se traslada a su nuevo edificio, creado por Thomas Rau. En realidad no es nuevo, se trata de la transformación de un antiguo laboratorio agrícola, de 1954 dentro de la reserva natural de Schoonoord. El nuevo edificio es de alto rendimiento energético, autosuficiente y en emisiones de CO2 es neutro. Acaba de ganar un Premio Internacional Dedalo Minosse. La propuesta arquitectónica era mantener la estructura del edificio, reutilizar los escombros, para simultaneamente añadir un cálido y palpitante corazón central, al incluirse junto a motivos de la naturaleza.
El singular techo de barro mantiene su humedad en equilibrio, mediante la alimentación continua de agua a través de finos tubos de vidrio, reduciendo el uso de otros medios de control de la temperatura para obtener calor, y lo que es más importante, la refrigeración. Por supuesto, hay espacio para la vida silvestre: «Espacio preparado para aves en las tejas» y «hueco en el altillo para murciélagos». Parte del objetivo de este trabajo es mostrar una prueba real de que es posible, incluso de manera sencilla, ser conscientes y eficientes en el uso de energía-y de recursos naturales del mundo, gernerando además ahorros económicos. Es de destacar que más de 1 de cada 18 holandeses apoyan activamente la labor de la WWF para proteger la naturaleza en todos sus aspectos. A través de las persianas horizontales de madera entra el máximo útil de la luz a cada hora del día. Todos los materiales son seleccionados por su respeto al medio ambiente, así como contra la explotación infantil en su fabricación.
Fuente: DEZONA
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