En la tienda de diseño Gabarage de Viena, los clientes pueden buscar entre materiales desechados y escoger lo que más les gusta para crear un bolso único en color, tamaño, forma y aplicaciones.
«No es tan fácil, pero es muy divertido», dijo Sophie Schauerhofer, de 25 años, mientras hurgaba entre pilas de cobertores de plástico usados, antiguos chips de computadoras, acrílico y radiografías viejas para crear su propia «bolsa gaba».
Todas las piezas de basura seleccionadas por Sophie son reunidas por el equipo creativo de diseño de Gabarage para crear un producto único, dándole un nuevo propósito a los objetos.
«Es el contraste del reciclaje», dijo Daniel Strobel mientras explicaba el objetivo del proyecto que prepara a personas desfavorecidas para el mercado laboral.
«Le damos un nuevo valor a los productos de manera innovadora, en vez de simplemente reutilizarlos», agregó.
Gabarage también señala que las empresas les pueden dar subproductos o desechos industriales para convertirlos en piezas de diseño ecológicamente sustentables y materias primas.
Petra Riess, dueña de una agencia creativa, ha optado por una mochila amarilla para su hijo Anton y un florero hecho de un antiguo balón de fútbol.
Vía: reuters
fotografías: flickr.com
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