Jim Dingilian es uno de esos artistas que estiran los límites de la creatividad con sus creaciones sorprendentes. Él utiliza el humo de las velas para pintar imágenes perfecta en el interior de botellas vacías.
Después de poner una capa de hollín en el interior de las botellas, graba los paisajes meticulosamente definidos con un utensilio que le permite rayar la botella de cristal desde fuera, después extiende el hollín con unos bastoncillos de algodón penetrando en el grabado, creando escenas sorprendentes.
Las escenas son miniatura que representan lugares misteriosos o incluso ligeramente amenazante a pesar de su naturaleza común. Las botellas se suman a las narrativas implícitas de transgresión. Cuando se encuentran tiradas a los lados de las carreteras o en las malas hierbas cerca de los bordes de los estacionamientos, botellas de licor vacías son artefactos de consumo, placer, o temor, se convierten en objetos de arte.
Vía: esimios.com
Canal Objectbis
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